Hoy es un día distinto. ¿Sabes por qué? Porque hoy voy a cambiar, voy a ser alguien diferente. Alguien libre de cargas, de penas, de tristeza. Hoy voy a ser feliz. Estoy harta de ocultarme bajo ese velo de tristeza, bajo ese árbol que me tapa y me oculta, y hace mi mundo negro y sin salida. Hoy voy a salir. Me comeré todos los helados de vainilla con caramelo que encuentre, me compraré todas las manoletinas que me dé la gana, me compraré todas las camisetas que me gusten sin mirar la etiqueta, me cortaré el pelo y le daré un aire de rebeldía, de libertad. Me comeré miles y miles de gofres, calientes y crujientes con el sirope de chocolate que tanto me gusta. Veré todas las películas que haya en cartelera, con todas las palomitas y las chucherías que quiera. Caminaré por la calle con mi iPod en mano, escuchando esa canción de Pink que tanto me gusta, So What creo que se llama. Cantaré y bailaré si me apetece, sin que me importen las miradas de curiosidad que me dedique la gente. Me meteré en una librería y hablaré un rato con Damon, con Harry, con Stefan, con Damen, con Alex. Incluso con Edward, por muy mal que me caiga. También conversaré con Elena, con Ginny, con Jana, con Alejandra, con Bella, con Ever, de cosas típicas de chicas, ya sabes. Y cuando me meta en la cama de mi habitación y cierre los ojos, ¿Sabes lo que pensaré? Que tanto TÚ, como la tristeza, como el negro, como la melancolía, se irán.
Se irán, y no volverán durante mucho, mucho tiempo.
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