15.2.12

Sé que esto es un castigo, un castigo divino que se me ha asignado para destruirme poco a poco por dentro. Pero son tan pocas las veces que me acostumbro a ello... Puedo oír los pensamientos de las personas, ver su aura y comprender cómo se sienten, qué es lo que piensan. Desde aquel fatídico día, aquel terrible accidente en el que perdí lo que más quería, ya no soy la misma. Y sé que alguien me ha castigado con esto que algunos consideran un don. Pero yo lo considero una gran tragedia y, seamos claros, una gran mierda. A veces confundo la realidad con lo sobrenatural. Es difícil tener amigos cerca que dicen que te quieren, cuando en realidad están pensando que cada día tu ropa parece más fea, o que debería darle un retoque a mis puntas si quiero seguir saliendo con ellos. Capucha, iPod y silencio son mis armas infalibles para pasar desapercibida, pero también para ser el centro de atención de todas las envidiosas que vagan por la tierra, buscando a alguien inferior como yo para ser lo más crueles que puedan. No me hace falta preguntar nada a nadie, no me hace falta esforzarme para caerle bien a alguien, porque sé la respuesta con sólo tocarlos. Es difícil vivir así.

Hasta ahora, nadie se había librado de mis "grandes" poderes psíquicos. Pero, como dicen, siempre hay una primera vez para todo. Una primera vez para cambiar.

Y mejor si el cambio es un chico.

Y mejor si ese chico es Damen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

.