Vuelve el frío. Vuelve ese viento huracanado que me revienta los oídos y hace de mi extensa melena un arduo y extenso bosque lleno de maleza y vegetación. Las ramas gritan despavoridas, meciéndose con locura y desenfreno. El cielo está encapotado, esperando tranquilo y sereno el momento preciso para soltar sus pensamientos hacia nosotros. Los árboles se doblan, se contraen y algunos incluso se marchitan, esperando que el sol, la luz y la felicidad vuelvan. Los pétalos más débiles de las flores se separan de los demás, de los fuertes, de los que pueden soportar la furia de la naturaleza debido a la experiencia. Se agarran fuertemente unos a otros para evitar una separación más. Las nubes recorren toda la ciudad, y deciden concentrarse en el centro de Madrid para soltar todas sus emociones. Las gotas de lluvia caerán como laminados trozos de rocas sobre nuestras cabezas. Y entonces nacen esos pequeños escudos para nosotros, los seres humanos. Paragüas, miles y cientos de paragüas de todos los colores, estilos y dimensiones, que cubren toda la ciudad creando un extenso muro de plástico que se enfrenta a esos pequeños misiles transparentes que las enfadadas nubes lanzan hacia todos nosotros. Pero los colores son más fuertes que la oscuridad, el rosa y el azul son más resistentes que el gris o el negro. Y así, las gotas se cansan y ya no quieren salir, y las nubes se enfadan aún mas y vuelven por donde han venido.
Y entonces el sol asoma, ilumina la superficie haciendo brillar los resquicios del pasado. Los pétalos vuelven con sus amigas, los árboles vuelven a estar erguidos y sanos, las ramas se balancean con un susurro agradable y campestre, acompañado por la suave brisa de la cálida primavera que acaba de llegar, invitando a salir cortésmente al invierno, quien ya se va tranquilo habiendo dejado su última huella antes de su próxima llegada. Los paraguas se guardan, pero siguen emitiendo ese color y esa luz que los identifica de otras cosas. Esperarán pacientemente a que el ejército transparente vuelva a aparecer, junto con el señor invierno. Pero mientras tanto, celebran la llegada de la nueva madre de la naturaleza.
Si, ha llegado la primavera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario